Un recorrido por el Paseo de la Historieta y el Museo del Humor
Los personajes de ficción, del humor y la historieta,
se entrecruzan con las personas de carne y hueso en distintos puntos de la
ciudad que es posible visitar. Libro de arena publica una crónica
acerca del Paseo de la Historieta y del Museo del Humor, que va siguiendo esculturas
y emplazamientos según se presentan en el recorrido urbano.
Por Corina Auster
Dijo Charles Chaplin: "un día sin reír es
un día perdido". Entonces, siempre es el momento oportuno para
conocer y recorrer el Paseo de la Historieta que comienza en el barrio de San
Telmo y culmina en el Museo del Humor (en Puerto Madero). Pero..., en primer
lugar convendría definir a la historieta. En algún tiempo considerada un
género menor, hoy es vista como un "medio de expresión artístico" y
hasta la reconocen como una "corriente literaria" y la reivindican
como el "noveno arte". Además, la historieta argentina en particular,
funciona como un espacio desde donde mostrar la realidad local con sus
problemas a través del humor y que hace pensar al público que se identifica con
él; es testigo de su tiempo. Podemos encontrar algunos de los míticos
personajes del "chiste dibujado" empezando por Chile y Defensa,
adonde está emplazada la escultura de Mafalda, la más conocida y requerida por
el público -para sacarse una foto junto a ella y sus amigos Susanita y
Miguelito hay media cuadra de cola-. Aquella nena preguntona,
cuestionadora y feminista es adorada por varias generaciones. Este
personaje de Quino recorrió el mundo entero. Según el humorista Sendra
los inventos argentinos se componen de: birome, colectivo, dulce de leche y el
cuarto invento es Mafalda. Luego sigue Isidoro Cañones (en Balcarce y Chile),
de Dante Quinterno, auténtico playboy, es el diseño del "porteño
chanta" a la perfección. La esquina dedicada a García Ferré -Balcarce y México- tiene las esculturas
de Larguirucho, bueno y despistado y de Superhijitus, el niño superhéroe y
asimismo hay murales con otras de sus creaciones. Un personaje de la actualidad es Matías, ubicado en Balcarce entre México y
Venezuela, niño travieso y curioso que pertenece a Sendra. También en Balcarce
y Venezuela aparece Don Fulgencio, "el hombre que no tuvo infancia",
de Lino Palacios, nació en los años ´20 y representa a nuestro niño interior. No
falta el futbolero Clemente que es un ejemplo de la viveza criolla y es de
Caloi. Está en Balcarce entre Venezuela y Belgrano.
La sensualidad y femineidad de la mujer argentina tiene sus exponentes
-exageradas- con las Chicas Divito en Balcarce y Belgrano; curvilíneas, de
cintura de avispa, caderas y busto gigantes y pies diminutos, son la más famosa
obra de Divito. Ya en la Plaza Agustín P. Justo, en Paseo Colón
y Av. Belgrano, encontramos tanto a Patoruzú, de Quinterno, el último cacique
tehuelche con la nobleza del hombre de campo, como a su versión infantil:
Paturuzito junto a la de Isidoro: Isidorito.
Gaturro, de Nik, es una mascota ingeniosa e imaginativa, tiene su escultura
en Azopardo y Belgrano. Una curiosidad de esa esquina es que hasta los
semáforos tienen su imagen. Durante el trayecto en San Telmo no sólo hay
esculturas, sino que abundan murales de Landrú, Fontanarrosa y Garaycochea
entre otros.
Continuando en Puerto Madero, se puede observar a Don Nicola (simpático dueño de un conventillo que resuelve los problemas absurdos de sus inquilinos) en Alicia Moreau de Justo y Azucena Villaflor, y a Negrazón y Chaveta (dos amigos cordobeses que mantienen diálogos delirantes arriba de su moto), en Juana Manso y Marta Linch. En el Parque Mujeres Argentinas están Diógenes y el Linyera (Marta Linch al 400), un vagabundo y su perro, ambos reflexivos e Inodoro Pereyra con Mendieta, de Fontanarrosa, un gaucho solitario de mal genio acompañado siempre de su perro Mendieta.
Continuando en Puerto Madero, se puede observar a Don Nicola (simpático dueño de un conventillo que resuelve los problemas absurdos de sus inquilinos) en Alicia Moreau de Justo y Azucena Villaflor, y a Negrazón y Chaveta (dos amigos cordobeses que mantienen diálogos delirantes arriba de su moto), en Juana Manso y Marta Linch. En el Parque Mujeres Argentinas están Diógenes y el Linyera (Marta Linch al 400), un vagabundo y su perro, ambos reflexivos e Inodoro Pereyra con Mendieta, de Fontanarrosa, un gaucho solitario de mal genio acompañado siempre de su perro Mendieta.
También en el parque, en Marta Linch al 700, habitan Langostino y Corina,
un marinero de hablar filosófico que navega en su lancha Corina. Finalmente, en
la entrada del Museo del Humor -Av. de los Italianos 851- nos recibe la Jirafa
de Mordillo, un colorido personaje mudo. El edificio del museo albergaba a la
ex cervecería Munich, inaugurada en 1927. Allí se expone una muestra
permanente acerca de la Historia del Humor Gráfico y sus personajes con
material desde los primeros años del siglo XIX hasta nuestros días, y una
temporaria: Vacaciones con Matías, conformada por una selección de historietas,
esculturas y objetos dedicados a este querido personaje de Sendra. En el
microcine se exhiben cortos de Mafalda.
En definitiva, la historieta puede representar la historia dibujada de un
pueblo, es clara y directa, se las ingenia para decir algo sin que los que no
saben leer entre líneas se den cuenta -aún en épocas de censura-. La
nuestra es realista, politizada y popular. Valga la visita en familia, cámara
incluída, de este circuito nostálgico para entrar en un mundo de ilusión y ver
la vida con humor...
Comentarios
Publicar un comentario