Mareados de calor



"Mi madre se ahogó la noche del 23 de mayo, día de mi cumpleaños, en el trecho de mar frente
a la localidad que llaman Spaccavento, a pocos kilómetros de Minturno. Justamente en esa
zona, a finales de los años cincuenta, cuando mi padre todavía vivía con nosotras, en verano
alquilábamos un cuarto en una casa de campesinos y pasábamos el mes de julio durmiendo
cinco en unos pocos metros cuadrados mareados de calor. Todas las mañanas las chicas
tomábamos un huevo fresco, cortábamos hacia el mar entre cañas altas por caminos de tierra
y arena e íbamos a bañarnos."


Fragmento de El amor molesto, en “Crónicas del desamor”, de Elena Ferrante.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

“Esa mujer”, de Rodolfo Walsh, por Ricardo Piglia

"El libro", un cuento breve de Sylvia Iparraguirre